Primera repetición a «Al fil de la Pertusa» 140 m, 6c+ (6b, A1+ obligado). La Pertusa, El Montsec

por | Sep 19, 2002 | Sin categoría | 0 Comentarios

Estos años que he estado estudiando y viviendo en Lleida, he hecho muy buena cordada con Enric Morera y Xavi Bustamante. Hemos podido hacer mucha deportiva por todas partes, nos hemos vuelto más asiduos a Sant Benet y hemos viajado a Pirineos, Picos de Europa, Francia y Marruecos. Ahora, que hemos dejado aquello, nos empieza a llamar Montrebei y sus clásicas. Aprovechando que Marcos Díaz se ha ido a vivir a Corçà para crear la Asociación Era ( un refugio con servicio de guía para kayacs, excursiones y escalada), le hacemos una vista.

Estamos a mediados de septiembre del 2002 y a las puertas del otoño. El ambiente es cada vez más frío y los días más cortos. Barajamos opciones algo más cortas que las rutas de la Paret de Catalunya. Abrimos la guía, hay una vía que va por todo el espolón afilado de La Pertusa que nos llama mucho la atención. No tenemos información de otras repeticiones. Pide clavos pero no los vamos a llevar, los ganchos sí.

Vamos a ir los 3, un largo para cada uno. Llegamos al aparcamiento de la Pertusa, bajamos por la pendiente herbosa de la derecha, esta lleva al punto débil que da acceso al primer largo de la ruta. Por suerte, el agua del pantano no inunda la plataforma, a veces ha pasado. Flanqueamos con una trepada fácil y nos colocamos bajo el espolón. El aspecto del segundo largo es desplomado. Solo hay 12 espits en 140 metros, las fisuras y las placas se van sucediendo hasta la cima.

La suerte habla y nos repartimos los largos. Xavi hace el primero, es transitorio pero se ha de escalar. Me preparo para el segundo, me ha tocado el gordo. Escalo la fisura, ahora hay un run out de casi 15 metros hasta una expansión, no puedo colocar ningún seguro, teníamos que haber cogido los clavos. Es un placa compacta, hago la sección difícil, puedo protegerme con un gancho que acaba saltando, claro. Una caída aquí y me voy al agua. Acabo alcanzando la expansión, doy gracias a Dios. Es de las rutas más expuestas que he hecho nunca. Ha resultado ser el largo menos equipado. Tiene 50 metros.

Los 2 siguientes largos los hace Enric, fisuras algo sucias pero que van invitando a la autoprotección. En una de estas, Enric grita y saca una punta de lanza oxidada que estaba incrustada en una de las fisuras. Dilucidamos las batallas que han habido en este escenario entre lado y lado del cañón. Llegamos al refugio y la dejamos allí de adorno.

Ha sido una vía corta pero intensa. Una primera repetición que, utilizando solo flotantes, hemos querido ir más allá de sus reglas de juego. Durante la concentración que exige este tipo de run outs me pregunto sobre la delgada línea roja que te separa del fallo que, por tu propia supervivencia, queda fuera de las opciones en este juego continuo con la roca.

Guille Cuadrado